31.8.10

Almas gemelas.

Dover - The last word


11.30 de la noche. Demasiada gente no conocida, seguramente para que el alquiler fuera más barato. Tras la multitud, una mano se alza, amistosa, y su sonriente propietaria sale a su encuentro. Saludos, recuerdos a las familias... Tras una breve conversación, sigue andando entre el gentío, saludando viejos amigos y descubriendo caras nuevas.

De repente, sus ojos azules encuentran otros. Marrones, profundos, magnéticos. Un instante mágico, roto cuando él gira la cabeza, llamado por uno de sus amigos. Ella lo estudia detenidamente. Era muy alto, alrededor del metro noventa, pensó. Su media melena contrastaba con el pelo corto, casi rapado, de sus amigos. Dos hileras perfectas de dientes se adivinaban bajo su sonrisa. En su mano izquierda, un Four Roses se balancea delicadamente, sin llegar a caer. Sus All Star grises acarician el suelo al compás de la música. Todo ello, enmarcado por sus ojos, grandes y alegres.

De repente, su amiga la abraza por la espalda.

- Que, te ha gustado, ¿eh?
- Que dices, si lo acabo de ver ahora.
- ¿Y qué? ¿No crees en el amor a primera vista?
- La verdad, ya no se en qué creer.



Al otro lado del abarrotado local, un chico baila alegremente al ritmo de Junkie XL. En su corazón, aún retumba el eco de sus ojos azules, intensos. Una mirada que no olvidaría.
Reconoce una cara conocida entre la multitud. Un viejo amigo. Tras unas preguntas banales, se aventura.

- Oye, ¿quién es esa?
- ¿La rubia?
- Sí.
- Es la prima de Laura, ¿no la conoces?

Él la miró. Rubia, ojos azules, metro setenta o tal vez algo más. Era guapa, y mucho. Pero, sobretodo, era especial. Había algo distinto en ella, y no sabía decir qué. Era armonía, conjuncion. Él, harto de buscar la perfección en muñecas de porcelana y caras bonitas, pareció encontrarla en ella, alegre, desenfadada, natural. Converse, vaqueros, una camiseta, el pelo recogido en una coleta y poco más.
Dos palmadas en la espalda lo sacan de su ensimismamiento.

- ¿La conoces o no?
- Ahora no caigo.
- A ver, mírame... ¿Y esa cara?
- ¿Qué cara?
- Venga, a mi no me engañas. Te ha molado.
- Ya estamos...
- Qué, ¿no crees en el amor a primera vista?
- La verdad, ya no sé en que creer.

1 comentario:

  1. Mira que me encantan todas tus entradas, pero sin duda, esta es mi preferida..
    ES tan, no se, super bonita en serio.
    PD: a ver si publicas ya algo nuevo, que no tenga que releer tantos las antiguas!

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