Time is ticking.

Llevo mucho tiempo sin escribir. Es decir, sin escribir algo que ocupe más de 10 palabras, algo que medianamente valga la pena.
En realidad, es una buena señal.
Porque, para mí, escribir es una salida, como lo fue el baloncesto, y como lo sigue siendo la música. O incluso más.
Escribir es lo único que te salva de esas interminables noches de primavera en las que ves que el amor sólo florece en el jardín del vecino, por muy cursi que suene.
Ahora, en teoría, este mar está en calma.
Calma aparente.
No es lo peor que puede pasar, claro.
Pero está falsa sensación de tranquilidad no hace más que inquietarme, por muy paradójico que suene.
Ver que todo parece ir bien, y darte cuenta de que tal vez no es así.
El tiempo dirá si estoy en lo cierto.